Al usar experimentos de lista, este artículo mide la prevalencia de extorsión y asistencia entre las Organizaciones de narcotraficantes (ONs). Los resultados muestran que la disputa territorial entre organizaciones rivales produce más extorsión, mientras que el control monopólico sobre un territorio conlleva a las ONs a proveer más asistencia. Este artículo también explora de qué manera la variación en las organizaciones delictivas y los patrones de colusión entre éstas y el Estado influyen sobre la relación de las ONs con la población local.
Las organizaciones de narcotraficantes (ONs) usan diferentes estrategias dentro de las comunidades donde operan. Algunas veces, las ODs muestran relaciones “benignas”, al proveer servicios, asistencia y garantizar el orden local. En otras ocasiones, la relación entre las ONs y las comunidades toma la forma de depredación: las ONs extorsionarán, violarán mujeres, y desaparecerán civiles. Para ofrecer una perspectiva sobre la variación de las estrategias de ONs respecto a la sociedad, este documento desarrolla una teoría sobre los incentivos y las estructuras organizativas de los ONs.
Las ONs mexicanas han cambiado sus actividades: han cesado de concentrarse exclusivamente en el contrabando de narcóticos ilegales hacia mercados internacionales para diversificar sus actividades delictivas en torno a la extorsión, el secuestro, la trata de personas, y la protección de dinero. Este artículo ofrece evidencia teorética y empírica al explorar las razones por las cuales ha tomado lugar dicha metamorfosis en las conductas de las ONs.
Las ONs generalmente buscan controlar activamente un territorio no sólo al esconderse del Estado y otras organizaciones delictivas y rivales, sino también para extraer ganancias mediante el comercio ilegal de narcóticos. Debido a que los acuerdos entre grupos criminales son difíciles de cumplirse, las ONs comúnmente aspiran a retener el control monopolístico de estos territorios. Nuestra teoría argumenta que las ONs requieren una colaboración activa de la comunidad para retener el control de sobre estos valiosos territorios. Cuatro variables dan forma a la relación entre las ONS y la comunidad.
La primera variable es el grado de contestación territorial. Siguiendo a Olson (1993) y otros artículos sobre conflictos, argumentamos que, bajo el control monopolístico, las ONs pueden asegurar la cosecha de ganancias futuras al mostrar moderación, e incluso al proporcionar una parte de dichas ganancias a la comunidad para garantizar su cooperación y protección. Por el contrario, cuando las ONs se disputan un territorio, los horizontes temporales se acortan y sus incentivos para depredar aumentan.
En segundo lugar, nuestra teoría propone que el comportamiento delictivo también está formado por las relaciones entre el Estado y las ONs. Las ONs necesitan cierto nivel de protección informal del Estado para producir, procesar, y traficar drogas con éxito. Suponemos que la violencia en contra de la comunidad debería ser más frecuente cuando los grupos delictivo y locales operan con la complicidad, tolerancia, aquiescencia y/o cooperación del Estado. Representamos el nivel de relación ONs-Estado con el partido político en control del gobierno local. Nuestra supuesto es que, en áreas controladas por el PRI, encontraremos más colusión entre las ONs, los gobiernos locales y la policía.
Tercero, la organización interna de las ONs también es importante. Una ON que mantenga estabilidad en su liderazgo y tenga jerarquía de operación definida debería estar en mejores condiciones para controlar a sus células armadas, en comparación a una ON más descentralizada. La neutralización del liderazgo de una ON rompe las cadenas de mando, reduce su horizonte temporal y aumenta la disputa territorial. Según nuestra teoría, tales procesos generan mayor depredación sobre la comunidad local.
Por último, las características del territorio y la logística de la empresa delictiva probablemente influyan en el comportamiento que tiene la ON en contra de la población. Aquí, las guerras por el control territorial se pueden distinguir en términos de logística y de valor. Ceteris paribus, las áreas de tránsito deberían ser menos valiosas que los cruces fronterizos y, por lo tanto, esperamos, en este último escenario, que las ONs busquen una colaboración más activa con la comunidad.
Implementamos una serie de experimentos de lista montados en una encuesta nacional en México durante julio de 2011. Nos centramos en preguntas experimentales que evalúan el alcance de la extorsión de las ONs y el uso que hacen los civiles de la asistencia provista por éstas.
Además, utilizamos el conjunto de datos de Coscia y Ríos (2012) en las áreas de operación de las ONs mexicanas. Los autores desarrollaron un rastreador web para extraer información de Google. Clasificamos un municipio como “monopolio” o “disputa territorial” si uno o más grupos, respectivamente, tienen una presencia dominante en un área determinada.
Las ONs mexicanas ya no se concentran principalmente en el envío de drogas ilegales a los mercados internacionales. En cambio, han diversificado sus actividades criminales. Cuatro factores influyen en el comportamiento de las ONs hacia la comunidad: el grado de contestación territorial y conflicto violento entre las ONs; el grado de colusión con el Estado y la policía; la organización y la estabilidad del liderazgo de las ONs, y las características del territorio local.
Magaloni, Beatriz, Gustavo Robles, Aila Matanock, Alberto Diaz-Cayeros, and Vidal Romero. (2019) “Living in Fear: The Dynamics of Extortion in Mexico’s Drug War.” Comparative Political Studies