Este documento evalúa la estrategia del gobierno mexicano para debilitar a las organizaciones de narcotráfico (ONs). Los resultados muestran que arrestar/ejecutar a los líderes y tenientes aumenta no solo la violencia vinculada a las operaciones de las ONs, sino también los homicidios civiles.
Las estrategias de decapitación (es decir, el objetivo de arrestar a los niveles más altos o al liderazgo central de las redes criminales) juegan un papel importante en las políticas antinarcóticos en los Estados Unidos, México y otros países. Sin embargo, ¿funcionan? ¿Importa si los gobiernos detienen o neutralizan a los capos o a los tenientes de menor rango? ¿Es posible que las autoridades detengan a los capos clave mientras mantienen la paz y el orden?
México enfrenta una de las crisis más graves de violencia e inseguridad en su historia reciente. En marzo de 2009, el gobierno publicó una lista de los 37 narcotraficantes más buscados de México. Para enero de 2011, las autoridades capturaron o mataron a 20 de esos 37 objetivos. Sin embargo, la violencia no retrocedió. Por el contrario, se estima que más de 66,000 muertes relacionadas a las drogas ocurrieron en México entre 2007 y 2012.
Nuestra estrategia empírica combina un diseño de diferencias en diferencias con métodos sintéticos para construir municipios de control creíbles y que tuvieran tendencias similares en las tasas de homicidios respecto a los municipios tratados (es decir, donde los capos o tenientes fueron asesinados o arrestados).
Nuestros resultados resaltan los límites de las llamadas estrategias contra narcóticos y vinculadas a la “decapitación”. Cuando se neutralizan a los capos, otros carteles poseen incentivos para combatir sobre el control territorial al reducir los costos de luchar en contra de la ON decapitada. Además, a medida que la eliminación de los capos debilita las cadenas de mando existentes, las células criminales comienzan a funcionar con menos moderación, lo que conduce a una escalada de violencia contra la población general. En este sentido, nuestro trabajo explica por qué la decapitación de las ONs podría conllevar a resultados indeseados y que de otro modo resultarían de la decapitación de grupos terroristas o rebeldes. Por lo tanto, esta estrategia, aunque importante, requiere un rediseño significativo y un replanteamiento de sus objetivos centrales.
Magaloni, Beatriz, Gabriela Calderón, Gustavo Robles, and Alberto Díaz-Cayeros. (2015). “The beheading of criminal organizations and the dynamics of violence in Mexico.” Journal of Conflict Resolution 59(8): 1455-1485.