Este documento evalúa los efectos de las cámaras de uso corporal (CUCs) en el comportamiento de la policía a través de una intervención controlada y aleatoria (RCT, por sus siglas en inglés) implementada en Río de Janeiro, Brasil. Los resultados muestran que las CUCs redujeron significativamente el uso de la fuerza letal y disminuyeron el número de informes escritos de la policía.
El uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes de policía es un problema generalizado en muchas sociedades democráticas. Una política destinada a disminuir el uso excesivo de la fuerza policial es la adopción de cámaras de uso corporal (CUC) que pueden, entre otras, monitorear el comportamiento de la policía y proporcionar imágenes que podrían usarse para sancionar conductas irresponsables. Las CUCs han sido adoptadas por muchos departamentos de policía en los Estados Unidos y en otros países. Sin embargo, ¿las CUCs son efectivas para reducir la violencia innecesaria y aumentar el actuar policial?
Más de una quinta parte de los asesinatos de civiles a manos de la policía en 2016 y en Brasil ocurrieron en Río de Janeiro, donde la policía ha interrumpido la vida de cerca de 8,500 personas sólo en la última década. Los niveles de homicidios perpetrados por oficiales están asociados a la estrategia militar dentro de las favelas. En previsión a la Copa Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, el gobierno de Río de Janeiro instituyó una reforma de gran alcance con el establecimiento y despliegue de Unidades de Policía Pacificadoras (UPP), una forma de vigilancia policial orientada a la comunidad.
El estudio se realizó entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016, e involucró a 470 oficiales de policía de varias unidades de la UPP en Rocinha. Dentro de cada tipo de unidad, asignamos unidades al azar (con tres a siete oficiales de policía por turno) en grupos de tratamiento y de control. Las unidades tratadas recibieron CUCs de acuerdo con diferentes protocolos. A las unidades de control no se les asignaron cámaras. Para hacer comparaciones dentro de los grupos, reasignamos unidades a grupos de tratamiento y control en diferentes etapas del estudio. Esto nos permitió comparar el uso de las CUCs y el uso de la fuerza policial entre unidades y para comparar oficiales dentro de la misma unidad en diferentes momentos.
El estudio genera una conclusión paradójica: por un lado, las CUCs reducen efectivamente la agresión policial incluso cuando los oficiales se negaron a encenderlas. Por otro lado, los oficiales que portaron CUCs tuvieron menos interacciones con los ciudadanos. Sin embargo, las consecuencias de la inactividad policial siguen siendo ambiguas. Por lo tanto, sugerimos: